El caso de Alice (32) y Mark Montero (35) comenzó como una misteriosa desaparición durante un viaje de Phoenix, Arizona, a Bryce Canyon, Utah, en mayo de 2015, y culminó cinco años después con el descubrimiento de sus restos y la identificación póstuma del asesino, Jeffrey Allen Harper.

 

La Desaparición y el Hallazgo Macabro

La pareja fue vista por última vez en una gasolinera Chevron cerca de Holos, Arizona, conduciendo su Honda Accord gris de 2009. Sus teléfonos dejaron de emitir señal poco después, y la búsqueda de la pareja y su vehículo fue infructuosa durante un lustro. El caso pasó a considerarse un “caso sin resolver” (cold case), y el coche fue catalogado como robado.

El 22 de agosto de 2020, la investigación dio un giro radical cuando un granjero a 40 km al oeste de Flagstaff, en el condado de Coconino, descubrió el coche de los Montero parcialmente oculto bajo un cobertizo metálico abandonado en su propiedad. El hallazgo fue macabro: en el maletero del Honda Accord se encontraron dos bultos envueltos en mantas de lana y asegurados con cuerdas y bridas de plástico industriales. Dentro estaban los restos completamente esqueletizados de un hombre y una mujer, confirmados por el examen dental como Alice y Mark Montero.

 

El Asesino y la Reconstrucción del Crimen

 

El análisis forense reveló evidencia de violencia, incluyendo fracturas en Alice consistentes con movimientos defensivos y heridas de corte en Mark. Las bridas de plástico en las muñecas de ambos confirmaron que habían sido atados antes de morir. Sin embargo, la clave para resolver el caso fue la evidencia biológica. El perfil de ADN encontrado en el interior de la tapa del maletero y en una botella de refresco coincidió con el de Jeffrey Allen Harper, un hombre con antecedentes de robo a mano armada que había muerto por sobredosis en 2018.

La reconstrucción del crimen, basada en el análisis de datos telefónicos y bancarios de Harper, sugirió que el asesino estaba activo cerca de la última ubicación de los Montero en la US Route 89 el día de la desaparición. La teoría principal es que Harper los siguió desde la gasolinera, los detuvo y los secuestró a punta de fuerza, metiéndolos en el maletero.

La investigación se centró entonces en un garaje metálico que Harper había alquilado en una zona industrial de Phoenix. Una búsqueda exhaustiva reveló manchas de sangre en el suelo y rastros de ADN de Mark Montero. También se encontraron rastros de ADN de Alice Montero y Harper en un impermeable de goma y guantes de trabajo, lo que confirmó que el garaje fue el lugar donde la pareja fue herida de muerte o inmediatamente después. Tras cometer los asesinatos, Harper ocultó el coche con los cuerpos en el maletero bajo el cobertizo en la propiedad rural de Coconino, donde fue finalmente descubierto.

 

Cierre del Caso y Legado

 

El caso penal contra Jeffrey Allen Harper fue cerrado póstumamente a fines de 2020, reconociéndole como el único autor del secuestro y asesinato de Alice y Mark Montero, presuntamente motivado por el robo. Aunque los artículos personales de los Montero (cámara, teléfonos y billetera) nunca fueron recuperados, el caso se cerró oficialmente.

A pesar de la clausura, la investigación continuó examinando el perfil de Harper, y el uso de bridas de plástico de la misma marca y patrones de movimiento lo vincularon como sospechoso en varios otros casos no resueltos de asaltos y desapariciones en la región. El trágico final de Alice y Mark Montero se convirtió en un sombrío recordatorio de los peligros de la carretera y de la tenacidad de los investigadores al resolver un caso que el tiempo casi había borrado.