Un millonario visitó un asilo para hacer una donación pero terminó sorprendiéndose al encontrar a su madre desaparecida hace 40 años y lo que ella le dijo lo hizo llorar Leonardo Ortega tenía todo lo que muchos soñaban Tenía coches de lujo una casa que parecía de película y una cuenta bancaria que no se acababa ni aunque se dedicara a gastar como loco A sus años era dueño de una de las cadenas de hoteles más grandes del país La gente lo veía y pensaba que su vida era perfecta pero Leonardo aunque no lo decía llevaba una tristeza vieja en el
corazón una tristeza que venía de cuando era niño y preguntaba por su mamá y nadie sabía que contestarle bien o eso le decían Solo su tía Ramona que había sido como su segunda madre le aseguraba que sus papás habían muerto en un accidente y que era mejor no remover esos recuerdos Era un viernes nublado cuando Leonardo decidió que quería hacer algo distinto No quería otra junta ni otra fiesta elegante Le pidió a su secretaria que buscara un asilo al que pudieran hacer una buena donación No cualquiera sino uno de esos que de verdad necesitaran ayuda Fue así
como terminó en 19 la colonia San Felipe en un asilo viejo de paredes descascaradas y olor a humedad Apenas bajó de su camioneta la directora del lugar Una señora bajita de cabello teñido de rojo salió a recibirlo como si fuera una celebridad El plan era sencillo Leonardo iba a entregar un cheque tomarse una foto para las redes sociales de su empresa y salir de ahí lo más rápido posible Pero apenas cruzó la puerta principal algo cambió El ambiente era triste pero había algo más algo que le jalaba el alma hacia adentro Caminó por el pasillo largo mientras veía a los viejitos sentados en sillones rotos algunos dormidos otros mirando la tele sin entender muy bien qué pasaba Entonces la vio sentada en una silla de ruedas cerca de una ventana sucia había una señora de cabello blanco alborotado arrugada pero con una mirada que le hizo estremecer el cuerpo No sabía por qué pero no pudo dejar de verla Era como si algo en sus entrañas le gritara que la conocía Se acercó despacio con la mano temblándole un poco cosa rara en él porque normalmente era un hombre seguro y firme La señora levantó la vista como si
sintiera que alguien la llamaba sin palabras Leonardo tragó saliva No era la más arreglada ni la que estaba mejor vestida De hecho parecía una de las más olvidadas del lugar Pero había algo en su cara en la forma en que ladeaba la cabeza que le resultaba insoportablemente familiar La directora del asilo viendo su interés se acercó rápido para contarle que esa señora se llamaba Carmen y que llevaba ahí muchísimos años No tenía familiares registrados y según ellos tampoco hablaba mucho A veces decía palabras sueltas a veces se quedaba mirando a la nada por horas Leonardo preguntó cómo había llegado
allí pero la directora solo se encogió de hombros diciendo que los archivos más viejos se habían perdido en una inundación hacía unos años Leonardo no sabía por qué pero sintió la necesidad de agacharse frente a Carmen No para cumplir con la foto ni para quedar bien era otra cosa algo muy dentro de él Cuando estuvo frente a ella Carmen levantó la mano temblorosa y le tocó la mejilla Leonardo se quedó helado Ella murmuró algo apenas audible algo que a él le pareció su nombre No podía ser se dijo No podía ser Sintió que el mundo le
daba vueltas La directora nerviosa le preguntó si todo estaba bien Leonardo solo asintió pero su cabeza era un desastre De pronto ya no importaba el cheque ni las fotos ni el evento de beneficencia Lo único que importaba era esa mujer frente a él Esa mujer que aunque no recordaba de dónde ni cómo sentía que había estado en su vida mucho antes de ese momento Sacó su cartera y casi sin pensar le dio a la directora una cantidad de dinero para que no faltara nada esa semana pero no quiso tomarse fotos No quiso que nadie usara eso para publicarlo en redes En su mente solo había una
idea saber quién era realmente Carmen Antes de irse Leonardo le preguntó a la directora si podía volver a visitarla La señora sonríó creyendo que era uno más de esos millonarios con remordimientos que querían apadrinar a un viejito para limpiar su conciencia Leonardo no se molestó en corregirla solo pidió que lo dejaran regresar cuando quisiera Ya en su camioneta con las manos sudadas sobre el volante Leonardo sintió algo que no sentía desde hacía años Miedo Miedo de lo que iban a encontrar si seguía urgando Miedo de descubrir que su vida
esa vida perfecta y brillante que había construido no estaba basada en verdades sino en mentiras muy viejas arrancó el motor pero no pudo dejar de mirar el edificio del asilo por el espejo retrovisor mientras se alejaba Carmen esa señora perdida en su propio mundo era una pieza de su historia que de algún modo había vuelto para encontrarlo Y Leonardo sabía que no iba a poder descansar hasta saber toda la verdad Leonardo no pudo dormir esa noche Cerraba los ojos y lo único que veía era el rostro de Carmen No entendía qué le pasaba Él era un hombre práctico acostumbrado a
tomar decisiones rápidas sin dejarse llevar por emociones Pero ahora acostado en su cama enorme y viendo el techo sentía un hueco en el pecho que no sabía cómo llenar Se levantó varias veces caminó descalzo por el cuarto fue a la cocina se sirvió un vaso de agua pero nada le quitaba esa sensación de que algo andaba muy mal agarró su celular abrió las redes sociales para distraerse pero no pudo concentrarse Cerró todo y se quedó viendo la pantalla negra Era como si algo dentro de él le gritara que Carmen no era una
desconocida que había algo más algo que su mente no lograba entender pero que su corazón ya sabía A la mañana siguiente sin pensarlo dos veces se subió a su camioneta y manejó hasta el asilo Ni siquiera llamó para avisar Llegó tocó la puerta y la directora lo recibió con una sonrisa forzada como si no esperara verlo de nuevo tan pronto Leonardo no hizo mucho caso solo preguntó si podía ver a Carmen La encontraron sentada en el mismo lugar cerca de la ventana Esta vez cuando Leonardo se acercó Carmen levantó la cabeza más rápido Lo miró fijo como si en algún rincón de su
mente ella también reconociera algo en él No dijo nada pero sus ojos esos ojos grandes y claros le hablaron de una forma que las palabras nunca podrían Leonardo se agachó otra vez frente a ella No sabía qué decir No quería asustarla solo le sonrió y le habló con voz tranquila Le preguntó cómo estaba si recordaba algo cualquier cosa Carmen no contestó solo levantó su mano temblorosa y volvió a tocarle la mejilla igual que el día anterior Esa caricia tan suave y torpe le sacudió el alma Sentía que había vivido ese gesto antes cuando era muy pequeño pero no podía recordarlo
bien Se quedó así un rato en silencio mientras en su cabeza pasaban imágenes rotas una risa de mujer un perfume dulce canciones viejas que su tía Ramona nunca le ponía Podría ser podría ser que esa mujer frente a él fuera su mamá la misma mamá que todos le dijeron que había muerto así a tanto tiempo La directora se acercó medio incómoda para ofrecerle llevar a Carmen al patio donde había más luz y un poco de jardín Leonardo aceptó La empujó despacito en su silla de ruedas tratando de que el movimiento fuera suave Se sentaron bajo un árbol
que apenas daba sombra Ahí al aire libre Carmen parecía respirar mejor Sus ojos se movían de un lado a otro como si buscara algo De repente agarró con fuerza la mano de Leonardo y balbuceó un nombre Él se acercó más queriendo escuchar bien Carmen dijo Leo no completo no claro pero suficiente El corazón de Leonardo dio un brinco Nadie en el asilo le había dicho su nombre Nadie más que su círculo cercano lo llamaba Leo Era un apodo de familia algo que su tía Ramona usaba algo que sus amigos más viejos sabían
¿Cómo era posible que Carmen esa mujer perdida en su mundo supiera ese nombre la cabeza de Leonardo empezó a llenarse de preguntas ¿Y si su tía le había mentido ¿y si su madre nunca había muerto ¿y si la habían abandonado aquí para desaparecerla de su vida no quería creerlo Ramona lo había cuidado toda su vida lo había criado le había dado cariño pero esa caricia esa mirada ese nombre todo eso decía otra cosa Se quedó sentado junto a Carmen casi toda la mañana hablándole de tonterías contándole cosas de su vida como si ella
pudiera entenderlo todo Carmen no decía mucho pero su expresión cambiaba A veces sonreía leve a veces parecía querer llorar Era como si por dentro luchara contra un montón de recuerdos que querían salir pero no podían La directora volvió a salir después de un rato con cara de pocos amigos para recordarle que el horario de visitas estaba por terminar Leonardo le pidió unos minutos más No podía irse No todavía sacó su celular y con permiso de la directora le tomó una foto a Carmen Quería tener su rostro no solo en su memoria sino también en su
bolsillo algo que pudiera mirar una y otra vez en caso de que todo esto fuera solo un malentendido una jugada de su mente Mientras la ayudaba a volver a su lugar Carmen lo miró fijo otra vez No necesitó palabras Leonardo sintió que esa mirada era como un abrazo que cruzaba 40 años de silencio Se agachó una última vez y le dijo al oído que volvería que no estaba sola Salió del asilo con el pecho hecho trizas El sol le pegó en la cara pero no lo sintió caminó lento hasta su camioneta sin pensar como en automático Subió y se quedó ahí sentado largo rato con las llaves en la mano
pero sin mover un músculo Sabía que tenía que hacer algo Tenía que saber la verdad toda aunque doliera No podía seguir viviendo sin entender quién era esa mujer que ahora le ocupaba cada rincón de la mente Cerró los ojos y otra vez vio su rostro Ese rostro que no podía ni quería olvidar Leonardo manejaba sin rumbo La ciudad le pasaba de lado pero él ni siquiera se fijaba en los semáforos Todo lo hacía en automático Su cabeza estaba atrapada en un torbellino de recuerdos viejos preguntas nuevas y una rabia que apenas
empezaba a crecerle por dentro No podía entender cómo era posible que nadie le hubiera dicho la verdad en tantos años De verdad toda su vida había estado basada en una mentira Llegó a su departamento sin acordarse bien de cómo aventó las llaves sobre la mesa de la entrada y se dejó caer en el sillón mirando hacia el techo En su mente empezó a desenterrar cosas que siempre había tenido guardadas en un rincón oscuro cosas que había preferido no pensar Recordaba cuando era niño sentado en la cocina mientras su tía Ramona le
preparaba hotcakes Recordaba preguntar una y otra vez por qué no tenía mamá como los otros niños Ramona siempre tenía la misma respuesta que había tenido un accidente muy feo con su papá que los dos habían muerto juntos y que él era muy pequeño para recordarlos Esa historia repetida tantas veces se había vuelto como un tatuaje en su mente Nunca se había atrevido a cuestionarla Hasta ahora se levantó y fue hasta una caja vieja que tenía guardada en su closet Era una caja de zapatos que nunca había abierto en serio
Dentro había fotos dibujos de cuando era niño y algunas cartas que había escrito cuando apenas aprendía a formar frases Revolviendo todo encontró una foto que le heló la sangre Era una foto vieja medio amarilla donde salía él de bebé en brazos de una mujer La mujer tenía una sonrisa dulce un vestido sencillo y un cabello largo que caía como cascada No era Ramona Con las manos temblando dio vuelta a la foto Atrás escrito con letra apurada decía Carmen y Leo mi vida entera Carmen el Sionta mismo nombre de
la señora del asilo No podía ser una coincidencia Se dejó caer otra vez en el sillón con la foto apretada en las manos Se sentía como si el piso se le estuviera abriendo bajo los pies Había crecido creyendo que sus papás estaban muertos que Ramona era su única familia Pero esa foto le decía otra cosa Le decía que su mamá había estado viva al menos el tiempo suficiente para abrazarlo para quererlo para ser su mamá de verdad Se acordó también de algunas cosas raras que había visto de niño documentos que
Ramona guardaba bajo llave visitas de hombres serios que hablaban con ella en mí No me sientes voz baja cuando pensaban que Leonardo no los escuchaba Un día había oído la palabra herencia aunque en ese momento no entendió lo que significaba Solo recordaba la cara de Ramona seria apretando los labios mientras firmaba papeles La duda empezó a envenenarle el alma Y si Ramona no era la salvadora que siempre había creído y si había hecho cosas terribles para quedarse con lo que no era suyo La idea le dolía mucho pero no
podía ignorarla No después de ver esa foto no después de sentir en carne viva la conexión con Carmen Buscó su celular y marcó a un viejo conocido Mario Santillán un detective privado que alguna vez había trabajado para él en un asunto de negocios No era barato pero Leonardo sabía que Mario era de los que no soltaban un caso hasta sacarle hasta la última verdad Acordaron verse en una cafetería al día siguiente Colgó y se quedó en silencio De repente su casa se sentía enorme y vacía Todo el lujo los cuadros caros los
muebles de diseñador todo se veía falso como si no le perteneciera de verdad caminó hasta la ventana y miró la ciudad desde su penthouse Ahí afuera la vida seguía como si nada como si su mundo no se estuviera cayendo a pedazos Cerró los ojos y volvió a ver el rostro de Carmen Esa mirada perdida cansada pero llena de algo que reconocía en lo más profundo Sabía que no había vuelta atrás Lo que había empezado como una visita de caridad se había convertido en una misión personal una necesidad brutal de saber la verdad sobre su pasado sobre quién era él de verdad Apretó la foto de su madre contra
el pecho y juró que no iba a descansar hasta saber todo No importaba qué tuviera que hacer no importaba contra quién tuviera que pelear estaba decidido La cafetería estaba medio vacía cuando Leonardo llegó El lugar olía a café quemado y pan dulce pero a él no le importaba Estaba demasiado nervioso como para fijarse en tonterías Se sentó en una mesa junto a la ventana y esperó moviendo el pie como si trajera un motor adentro Mario Santillán llegó puntual con la misma pinta de siempre barba de dos días chamarra de cuero gastada y esa
cara de que había visto más cosas feas de las que quería contar Leonardo no perdió tiempo sacó la foto de su madre y la puso sobre la mesa empujándola hacia Mario El detective la miró luego lo miró a él luego volvió a mirar la foto ¿Qué necesitas que encuentre preguntó con voz ronca Leonardo le explicó todo Lentinun habló de la visita al asilo de Carmen de la conexión que sentía de las dudas que le estaban comiendo la cabeza Mario escuchó sin interrumpirlo con cara seria como si estuviera armando un rompecabezas en su mente Cuando Leonardo terminó Mario solo dijo que necesitaba
un par de días para empezar a mover sus contactos Se despidieron rápido Ninguno de los dos era de esos que se quedaban platicando para rellenar silencios incómodos Leonardo regresó a su casa sintiendo que el reloj caminaba más lento de lo normal Todo el fin de semana se la pasó dando vueltas como león enjaulado No quería ver a nadie no quería fiestas no quería cenas de negocios no quería ni siquiera prender la tele solo quería saber El lunes a primera hora Mario lo llamó Su voz sonaba diferente como si
hubiera encontrado algo que ni él esperaba “Tenemos que vernos” dijo sin dar más detalles Se encontraron en el mismo café Mario llegó con un sobre manila y cara de malas noticias Se sentó y sacó un montón de papeles Estuve revisando archivos viejos El accidente donde supuestamente murieron tus papás sí ocurrió Hay reportes oficiales notas de periódico Todo eso es real dijo mientras deslizaba copias de los documentos sobre Nat la mesa Leonardo los ojeó rápido reconoció los nombres de su papá y su mamá en los reportes el
coche volcado el choque en carretera todo estaba documentado pero algo llamó su atención En el reporte médico decía que la mujer sobrevivió al accidente aunque con heridas graves y confusión mental ¿Confusión mental preguntó Leonardo sintiendo que el corazón se le iba a salir del pecho Mario asintió Sí Al parecer después del accidente tu madre fue llevada a un hospital rural Estuvo ahí unas semanas antes de desaparecer del sistema Leonardo sintió que le temblaban las manos y nadie preguntó por ella Oficialmente no En los registros
aparece que una mujer fue a reclamarla diciendo ser su única familia se la llevó del hospital y la internó en un asilo el mismo donde tú la encontraste Leonardo cerró los ojos tratando de no perder el control Todo apuntaba a Ramona Todo ¿El nombre de esa mujer preguntó con voz dura Mario buscó entre los papeles y sacó un formulario viejo amarillento Aquí está Nombre de la persona que recogió a la paciente Ramona Ortega Era como recibir un puñetazo en el estómago Leonardo agarró el papel con fuerza Era prueba suficiente para saber
que su tía no solo le había mentido toda la vida sino que había escondido a su madre como si fuera un mueble viejo que ya no servía Eso no es todo dijo Mario rascándose la cabeza En el hospital registraron algo más Cuando tu mamá despertó del coma no recordaba casi nada ni su nombre completo ni su dirección ni a su familia Lo único que decía una y otra vez era Leo Leonardo sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas pero parpadeó rápido para que no se notara Leo así nada más Sí Los doctores pensaron que estaba delirando Nunca supieron que hablaba de ti Leonardo miró la foto de su mamá esa
que había llevado consigo todo el fin de semana Ahora entendía todo Ese gesto en el asilo esa forma de tocarle la cara ese murmullo No eran locuras Era ella tratando de encontrarlo en medio de la niebla de su mente rota Se frotó la cara con las manos tenía un nudo en la garganta que no sabía cómo sacar “¿Qué vas a hacer?” preguntó Mario mirándolo con curiosidad Leonardo no respondió enseguida Guardó los papeles en el sobre con cuidado como si fueran piezas de su vida que apenas estaba empezando a juntar Sabía que lo siguiente era ir por respuestas pero no iba a ser fácil
Ramona era una mujer inteligente astuta y seguramente haría todo lo posible por seguir tapando lo que había hecho Se levantó de la mesa tiró unos billetes sobre el plato y salió del café sin decir nada más Tenía un solo objetivo en la cabeza enfrentar a Ramona y no se iba a detener hasta que ella le dijera toda absolutamente toda la verdad Leonardo no fue directo a casa de Ramona Algo en su instinto le decía que no debía llegar a preguntarle de frente sin tener más pruebas Si algo había aprendido en todos esos años de negocios era que no se pelea una guerra sin conocer primero al enemigo Y en este
momento aunque le doliera pensarlo su enemiga era su propia tía Se fue primero a su antigua casa la casa donde creció Ahora estaba vacía La había conservado por puro sentimiento aunque llevaba años sin pisarla de verdad Tenía llaves de todo así que entró sin problemas El olor a polvo le llenó la nariz Caminó por los pasillos en silencio recordando cuando corría por ahí con los pantalones rotos y las rodillas raspadas Todo le parecía más chico más triste Se dirigió al despacho de Ramona Era un cuarto pequeño que ella usaba
como oficina Siempre había sido muy celosa de ese espacio Leonardo de niño no podía entrar sin permiso Ahora ya de adulto no necesitaba permiso de nadie Empezó a buscar entre los cajones papeles viejos cuentas pagadas contratos de seguros vencidos nada raro a simple vista pero algo no le cuadraba Recordaba que de niño había visto a Ramón a guardar documentos importantes en un compartimiento secreto en el librero Se acercó pasó las manos por el mueble tanteando No tardó mucho en encontrar un pequeño botón escondido en una de las esquinas Al presionarlo se abrió un panel falso dejando ver una caja fuerte
empotrada Leonardo soltó una risa amarga Claro que Ramona tendría una caja fuerte Siempre había sido desconfiada hasta con su propia sombra El problema era que no sabía la combinación Se sentó frente a la caja pensando Intentó con la fecha de nacimiento de Ramona luego con la suya Nada Cerró los ojos respiró hondo y probó con una fecha que no podía olvidar la de Lorison accidente de sus papás El click del mecanismo liberándose fue como un trueno en la casa silenciosa Abrió la caja con manos temblorosas Adentro había fajos de billetes viejos un par de joyas y varios
sobres manila apilados sacó todo y lo puso sobre el escritorio Empezó a revisar los sobres uno por uno La mayoría eran papeles de propiedades inversiones papelería normal de alguien que maneja dinero Hasta que encontró uno más arrugado con manchas de humedad marcado simplemente como personal Al abrirlo sintió que el mundo se le venía encima Había una copia del acta de defunción de su madre pero algo no cuadraba La fecha no coincidía con los registros que Mario había encontrado Era una fecha anterior al accidente
Según ese papel su madre había muerto un año antes de chocar en carretera Leonardo frunció el ceño Sabía que era imposible Esa acta era falsa Junto a ese documento había un poder legal firmado ante notario donde Ramona aparecía como la única tutora y administradora de todos los bienes de la familia Ortega alegando que no había más herederos vivos También había estados de cuenta antiguos que mostraban transferencias de grandes cantidades de dinero hechas poco después del accidente Todo legalmente respaldado pero bajo el supuesto de que sus padres
habían muerto los dos sin dejar más familia Leonardo sintió rabia mucha rabia Ramona había planeado todo Había aprovechado el accidente la pérdida de memoria de su madre y su propia posición de tía protectora para quedarse con todo lo que no era suyo No solo dinero no solo propiedades Se había robado su vida se había robado la posibilidad de crecer con su verdadera madre Entre los papeles encontró una carta vieja Era de su madre No estaba dirigida a nadie en especial Parecía más una carta de desahogo En la carta Carmen hablaba de su miedo Decía
que había tenido un mal presentimiento antes del viaje que Ramona había cambiado mucho en los últimos meses que ya no era la misma que había empezado a desconfiar de ella pero que no sabía cómo enfrentarlo sin pruebas Leonardo apretó el papel entre sus dedos Era como oír la voz de su madre desde el pasado advirtiéndole de lo que estaba pasando Guardó todo de nuevo en el sobre y lo metió en su mochila Cerró la caja fuerte acomodó el panel como estaba y salió del despacho sin hacer ruido aunque no había nadie que pudiera oírlo Al subirse a su camioneta sentía
que le hervía la sangre Era una furia fría calculadora No iba a hacer una escena impulsiva No iba a gritar ni a llorar delante de Ramona Iba a usar esos papeles como un arma Iba a obligarla a decirle la verdad Toda la verdad Miró su reflejo en el retrovisor Tenía el rostro duro la mirada afilada Ya no era el Leonardo que había llegado a ese asilo solo queriendo hacer una buena acción Era un hombre en guerra Arrancó el motor y se dirigió directo a casa de Ramona Era hora de enfrentarse cara a cara con ella Ramona vivía en una casa grande en una colonia elegante rodeada de jardines
bien cuidados y árboles altos Leonardo estacionó su camioneta justo frente a la puerta principal apagó el motor Se quedó un momento agarrando el volante con fuerza como si necesitara reunir toda su energía para no explotar ahí mismo Luego soltó el aire de golpe agarró el sobre manila que traía en el asiento de al lado y salió Tocó el timbre Esperó nada Volvió a tocar esta vez más fuerte Escuchó pasos acercándose y luego la puerta se abrió Ramona apareció Impecable como siempre con su vestido de tela la cara su collar
de perlas y esa expresión amable que siempre había usado para manejarlo desde que era niño Leo qué sorpresa dijo sonriendo ¿Qué haces por aquí tan temprano leonardo no sonró No dijo nada solo levantó el sobre que traía en la mano Tenemos que hablar soltó con voz seca Ramona frunció el ceño un segundo pero se hizo a un lado para dejarlo pasar Leonardo entró y el olor a incienso le llenó la nariz La casa estaba ordenada limpia como siempre pero ahora todo ese orden le parecía falso igual que ella Se sentaron en la sala frente a frente Él no perdió tiempo sacó la copia del
acta de defunción falsa y la puso sobre la mesa ¿Qué es esto Ramona preguntó mirándola directo a los ojos Ella bajó la vista apenas un segundo solo un segundo Luego volvió a mirarlo con esa misma sonrisa que siempre había usado para calmarlo “No sé de qué me hablas” dijo con voz tranquila Leonardo soltó una risa corta amarga “No te hagas Sabes perfectamente de qué hablo Firmaste papeles Hiciste que todos creyeran que mi mamá estaba muerta cuando no era cierto Ramona cruzó las piernas despacio como si no tuviera prisa como si tuviera
todo bajo control Leonardo mi amor tú eras un bebé No sabes todo lo que pasó en ese tiempo Hubo mucha confusión mucho dolor Yo hice lo mejor que pude para protegerte Leonardo apretó los puños protegerme meter a mi mamá en un asilo olvidado y quedarte con todo el dinero de la familia fue protegerme Por primera vez la sonrisa de Ramona tembló un poco no mucho pero suficiente para que Leonardo lo notara Era lo mejor para ti dijo ella casi en un susurro pero firme Tu mamá no estaba bien No se acordaba de nada Era un peligro para ti para todos Leonardo se inclinó hacia
adelante apoyando los codos en las rodillas Y tú decidiste que lo mejor era desaparecerla dejarla encerrada como si fuera un mueble viejo y vivir del dinero que no te correspondía Ramón achasqueó la lengua molesta No fue así Yo te críe Yo te di todo lo que necesitabas No me juzgues ahora que ya eres un hombre No sabes las decisiones que uno tiene que tomar para sobrevivir Leonardo negó con la cabeza sintiendo que la sangre le hervía No era tu decisión No tenías derecho Ramona lo miró fijamente Por un segundo dejó caer la
máscara Su expresión se endureció Se volvió fría “Tienes razón” dijo con voz seca No tenía derecho pero lo hice porque si no lo hacía esa mujer te habría arrastrado a su locura Y todo lo que construimos toda la fortuna toda la vida que tienes ahora no existiría Leonardo se echó hacia atrás sintiéndose como si le hubieran dado una bofetada “Construimos repitió Tú construiste Yo solo era un niño Ramona sonrió otra vez pero esta vez había veneno en su sonrisa Fui yo la que mantuvo todo de pie mientras tú crecías como un príncipe
No me debes solo tu crianza me debes tu éxito tu lugar en el mundo Leonardo se levantó de golpe Ya no podía seguir escuchándola Lo que me diste no justifica lo que me quitaste” dijo con la voz rota de rabia Ramona también se puso de pie enderezando su vestido “¿Y qué vas a hacer Leonardo ¿vas a destruir a la única familia que te queda por una vieja loca que ni siquiera te reconoce?” Leonardo la miró con una tristeza inmensa No era solo coraje era decepción Era como darse cuenta de que toda la admiración todo el cariño que había sentido por ella era una mentira
más “No estoy solo” dijo caminando hacia la puerta Ella es mi verdadera familia y voy a hacer todo lo que sea necesario para devolverle su vida Ramona no contestó se quedó parada en medio de la sala mirándolo salir con la cara dura como piedra Leonardo cerró la puerta de golpe al salir Caminó hasta su camioneta sintiendo que había cruzado un punto sin regreso Nada volvería a ser igual pero no le importaba Era tiempo de recuperar lo que le habían robado Leonardo manejó durante un buen rato sin rumbo solo para despejarse un poco pero la rabia no se le bajaba
Sentía que llevaba fuego en el pecho Todo lo que había construido en su mente sobre su familia todo lo que había creído toda su vida se estaba desmoronando Y lo peor era que sabía que todavía faltaba mucho por descubrir Estacionó la camioneta en una calle tranquila y llamó a Mario Santillan No quería esperar más Necesitaba respuestas pruebas todo lo que pudiera usar contra Ramona para limpiar el nombre de su mamá y de paso recuperar algo de todo lo que ella había Pirido Mario contestó rápido como si también estuviera esperando su llamada
¿Qué tienes preguntó Leonardo sin rodeos Mejor ven a la oficina No te puedo soltar todo por teléfono Dijo el detective Leonardo arrancó y en menos de media hora ya estaba estacionándose frente al pequeño edificio donde Mario tenía su despacho Era un lugar sencillo de esos donde los escritorios son viejos las lámparas parpadean y las sillas rechinan Mario lo recibió con una taza de café en la mano y cara de que llevaba días sin dormir bien “Pásale” dijo haciéndole una seña Leonardo entró se sentó y puso el sobre manila sobre el escritorio como si
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