El Asesino de al Lado: La doble vida de un vendedor de autos al descubierto cuando su padre, un jefe mafioso, intenta matarlo en sus vacaciones de 18.º aniversario.
Durante 18 años, Dan fue la personificación de la normalidad suburbana en Buffalo, Nueva York. Era el mejor vendedor en un concesionario de autos, un esposo devoto de Jessica y padre de tres hijos: Nina, Kyle y el pequeño Max. Era conocido por su meticulosa planificación de vida, su aversión a los viajes espontáneos y su firme determinación para evitar conflictos, un rasgo que dejó a su esposa secretamente decepcionada. Pero cuando una foto casual tomada por un matón en una feria local se hizo viral, la vida perfectamente construida de Dan se hizo añicos, revelando un pasado que intentaba enterrar desesperadamente: era un exasesino del gobierno altamente entrenado llamado Sam.

La foto de la feria y el desenlace.
El problema comenzó de forma bastante inocente. Celebrando su aniversario de bodas en una feria local, Dan y Jessica se besaron, solo para ser objeto de burlas y fotografiados por un grupo de matones. Aunque su esposa, Jessica, intentaba convencerse a sí misma de que no quería un “pendenciero”, una parte de ella deseaba que él los defendiera. Dan, sin embargo, se quedó paralizado, dejando pasar la humillación. Su inacción no se debía a la debilidad, sino a un esfuerzo calculado por proteger la vida pacífica que había construido.

En casa, sin embargo, la imagen del insulto persistía. Dan no era incapaz de ejercer la violencia; un incidente posterior en un supermercado, donde un matón lo atacó, demostró que aún era ferozmente capaz, desarmando sin esfuerzo al agresor mientras sostenía al bebé Max. Ese instinto impulsó a Dan a abrir un compartimento secreto, revelando un impactante alijo de pasaportes caducados, montones de dinero en efectivo y armas. La foto, subida a las redes sociales, fue un recordatorio de su antigua vida.

Inmediatamente llamó a su antiguo colega, Auggie, desesperado por nuevas identidades. El peligro era evidente: su antiguo jefe, McCaffrey, lo perseguía. Dan ofreció 500.000 dólares por las nuevas identificaciones y organizó una reunión en Las Vegas, consciente de que el mayor obstáculo no eran los mercenarios, sino el hecho de que su propia familia desconocía la verdadera identidad de su esposo y padre. Auggie lo instó a decirles la verdad, sabiendo que no podían huir de los mercenarios de McCaffrey con los ojos vendados.

Las vacaciones espontáneas que se convirtieron en una huida
Con el peligro acechando, Dan cambió de estrategia con su familia. Su hija, Nina, estaba en plena rebelión, planeando dejar Stanford para ir a una universidad local y seguir a su novio, Trevor, mientras que su hijo, Kyle, estaba obsesionado con ser un jugador en línea, “Killboy”. Dan, quien nunca hacía planes espontáneos, anunció repentinamente unas vacaciones familiares a Las Vegas, justo lo que Jessica siempre había deseado.

El viaje se convirtió inmediatamente en una tensa huida secreta. Dan notó que una camioneta negra los seguía y, en una magistral demostración de espionaje, los lideró hasta su concesionario. Allí, levantó el auto familiar, encontró un dispositivo de rastreo y rápidamente lo transfirió a un auto de prueba con el que su colega estaba a punto de dar un paseo a toda velocidad. Los mercenarios fueron engañados, pensando que seguían tras la pista de Dan.

En Las Vegas, la presencia de la familia en redes sociales (Kyle había publicado una foto con sus fans) obligó a Dan a darse cuenta de que el peligro era inminente. Sacó a su familia de la habitación del hotel, obligándolos a pasar la noche en el auto. Fue en el camino donde los hombres de McCaffrey, en motocicletas, los alcanzaron.

Dan, con Max riendo disimuladamente en el asiento trasero, subió la música para mantener a su familia distraída mientras se enfrascaba en una aterradora y cinematográfica batalla a toda velocidad. Respondió al pistolero, metió el biberón de Max en el casco de un secuaz que lo perseguía y finalmente embistió a la última motocicleta. La explosión despertó a Jessica, pero Dan le aseguró con calma que solo era un bache.

Enfrentamientos en el campus y la confesión de un padre
El viaje continuó, con una breve parada en un campus universitario. Aunque Jessica se decepcionó al descubrir que su esposo accedía al deseo de Nina de visitar a Trevor en la Universidad del Sur de Iowa, esta parada resultó transformadora. Kyle, en un momento de genuino cariño fraternal, defendió a Nina, diciendo que se merecía algo mejor que Trevor, quien “te trata como [censurado]”.

En el campus, Dan casi le reveló su pasado a Jessica, reflexionando sobre cómo ella había sacrificado su sueño de saltar con pértiga debido a una lesión en la pierna. Pero fue interrumpido por un hombre sospechoso. Dan puso a prueba la fachada del hombre —que era un vendedor alemán de semillas de maíz— hablando alemán con fluidez, sorprendiendo a Jessica y haciéndola alejarse confundida. El hombre, que resultó ser exactamente lo que decía ser, se salvó momentos antes de que uno de los asesinos de McCaffrey atacara.

La pelea se extendió a un laboratorio, pero el mayor enfrentamiento siguió siendo el de Nina. Entró en la habitación de Trevor y lo encontró con otra chica. Con el corazón roto, regresó con su padre. Dan, al darse cuenta de que no necesitaba un sermón, le ofreció una lección más útil: le enseñó un movimiento de artes marciales que infligía un dolor intenso sin causar daño permanente. Nina, empoderada y ya no como una víctima, usó el movimiento con Trevor, sna