Una advertencia desde un barrio acomodado de México: Niña de 4 años casi pierde la vista por uso excesivo de dispositivos electrónicos

En un exclusivo barrio de Santa Fe, Ciudad de México, una historia real ha despertado la atención de muchos padres y madres. Lo que parecía una simple rutina moderna de crianza terminó convirtiéndose en una experiencia traumática para una familia, y ahora sirve como una seria advertencia sobre el uso desmedido de la tecnología en niños pequeños.

Dachar, una joven madre que trabaja desde casa como diseñadora gráfica, compartió públicamente el caso de su hija de tan solo cuatro años, quien estuvo a punto de perder la vista a causa del uso excesivo del iPad. Según relató, empezó a permitirle a su hija el uso del dispositivo desde que la niña tenía apenas dos años. “Era la única forma en que podía concentrarme en el trabajo”, confesó. “No lo vi como algo malo al principio. Se veía tranquila, aprendía canciones, colores, formas… ¿qué podía estar mal?”.

Puede ser una imagen de 3 personas y hospital

Sin embargo, lo que Dachar no sabía es que detrás de esas horas de aparente entretenimiento, se escondía un riesgo silencioso para la salud visual de su hija. La niña comenzó a entrecerrar los ojos frecuentemente y a inclinar la cabeza al mirar objetos a corta distancia. Alarmada, la madre decidió llevarla a un oftalmólogo pediátrico de prestigio en la ciudad.

Después de una evaluación minuciosa, el diagnóstico fue claro: ambliopía, comúnmente conocida como “ojo perezoso”. Se trata de una condición en la que un ojo no se desarrolla adecuadamente, lo que genera que el cerebro favorezca al ojo más fuerte, dejando al otro en desventaja funcional. En casos como el de la hija de Dachar, la ambliopía no tratada puede provocar una pérdida parcial o incluso total de la visión en el ojo afectado.

El especialista también mencionó que el uso prolongado de pantallas a una distancia corta, especialmente en edades tempranas, puede acelerar o agravar esta condición. En consecuencia, la niña tuvo que someterse a una intervención quirúrgica para corregir parcialmente el daño, además de comenzar una terapia visual intensiva que incluye el uso de parches y ejercicios oculares.

“Fue una pesadilla”, relata la madre. “Nunca pensé que algo tan común como un iPad pudiera causar esto. Me sentí culpable, pero también agradecida de haberlo detectado a tiempo”.

Después de la operación, los médicos impusieron una regla estricta: nada de pantallas. Ni televisión, ni tabletas, ni teléfonos, ni videojuegos. En lugar de eso, la niña ahora participa en actividades físicas, juegos tradicionales y sesiones de lectura acompañada por sus padres.

El caso ha causado revuelo en la comunidad de Santa Fe, donde muchos padres están acostumbrados a apoyarse en la tecnología para entretener a sus hijos mientras cumplen con sus obligaciones laborales. Varios expertos en desarrollo infantil han señalado que este tipo de dependencia a dispositivos no solo puede afectar la salud visual, sino también el desarrollo social, emocional y físico de los niños.

Lección importante para todos los padres

Este caso nos deja una enseñanza clara: los dispositivos electrónicos no deben ser sustitutos del tiempo de calidad con nuestros hijos. Aunque pueden ser herramientas educativas si se usan correctamente, su uso excesivo y sin supervisión puede tener consecuencias graves. En particular, los niños menores de cinco años deben tener un acceso muy limitado a pantallas, y siempre bajo la supervisión de un adulto.

Es fundamental fomentar en los niños actividades físicas, interacción social y juegos creativos. Estas experiencias no solo favorecen un desarrollo integral, sino que también ayudan a crear lazos emocionales más fuertes entre padres e hijos.

Dachar espera que su experiencia sirva de advertencia a otros padres. “Si puedo evitar que otra familia pase por lo mismo, entonces todo este dolor habrá valido la pena”, dice entre lágrimas.

Que esta historia sea un recordatorio de que, aunque vivimos en un mundo digital, los niños siguen necesitando lo más básico: nuestra atención, amor y guía.