[Música] millonario se escondió para poner a prueba a su novia con los trillizos,
pero la niña descubrió todo. Valeria sostenía a los tres bebés contra su pecho cuando escuchó los pasos

apresurados en el pasillo. Su corazón se aceleró. Sabía que era Mónica llegando
para otra de sus visitas inesperadas. La blusa roja que llevaba aún estaba
manchada de leche de los pequeños y su cabello castaño estaba desarreglado después de una noche de poco sueño
cuidando a los trilliizos. La puerta se abrió de golpe y allí estaba Mónica,
elegante como siempre en su conjunto negro, el cabello perfectamente recogido en un moño. Pero esta vez había algo
diferente en sus ojos, una furia que Valeria nunca había visto antes. ¿No te
da vergüenza? gritó Mónica señalando con el dedo hacia Valeria. Te estás
aprovechando de la situación para seducir a mi hermano Valeria sintió las lágrimas brotar. Mónica, solo estoy
cuidando a los niños como acordamos. No entiendo por qué me atacas así. No te
hagas la santurrona conmigo. Sé muy bien lo que estás haciendo. Los bebés comenzaron a llorar con los gritos.
Valeria los meció suavemente, intentando calmarlos mientras enfrentaba la mirada furiosa de la cuñada de Ricardo. Hacía
tres semanas, desde que aceptó cuidar a los trillizos abandonados que llegaron al hospital donde trabajaba como
enfermera, su vida se había vuelto del revés. Ricardo Sandoval apareció en el
hospital materno Santa María en Ciudad de México, cuando se enteró de los tres
bebés prematuros que habían sido dejados en la entrada. Como empresario exitoso en el ramo de la
construcción, dijo que quería ayudar económicamente con el cuidado de los niños, pero su propuesta fue más allá.
Le ofreció a Valeria un salario generoso para que cuidara a los trillizos en casa, lejos del ambiente hospitalario.
En ese entonces, Valeria estaba desesperada. Su madre, doña Beatriz,
necesitaba un tratamiento costoso para la diabetes que se había agravado y el
salario de enfermera apenas cubría los gastos básicos. La propuesta de Ricardo
parecía un regalo del cielo. “Por favor, Mónica, los bebés se están
asustando”, susurró Valeria intentando mantener la calma. “¿Y crees que me
importa? Esos niños ni siquiera deberían estar aquí. Ricardo está cometiendo un
error absurdo. Desde un rincón de la sala, Ricardo observaba la escena en
silencio. Llevaba allí unos minutos, pero las dos mujeres aún no habían notado su presencia. Vestía un traje
oscuro y corbata azul, como siempre cuando venía de las reuniones en la oficina. En los últimos días había
llegado más temprano de lo normal para observar cómo se comportaba Valeria con los niños. Lo que Ricardo no imaginaba
era que su sobrina de 11 años, Sofía, hija de Mónica, estaba escondida tras la
puerta del cuarto escuchando todo. La niña tenía cabello rubio y ojos curiosos
que no se perdían ningún detalle. Desde hacía días sospechaba que algo extraño ocurría entre los adultos.
“El tío Ricardo está probando a Valeria.” Sofía murmuró para sí misma, uniendo las piezas del rompecabezas que
había estado armando en su cabeza. Mamá no sabe que escuché su conversación por teléfono. Valeria acomodó a los tres
bebés en la cuna improvisada que Ricardo había comprado. Mateo, el más inquieto
de los trilliizos, tenía cabello oscuro y lloraba cada vez que sentía hambre.
María José era la más tranquila, con ojitos que parecían siempre atentos a lo que sucedía a su alrededor. Y Santiago,
el más pequeño de los tres, tenía una manera cariñosa de acurrucarse en el regazo de quien lo cargaba. “Mónica, por
favor, explícame qué está pasando”, pidió Valeria, secándose las lágrimas que insistían en caer. “No entiendo por
qué me tratas así. Solo intento darles el mejor cuidado a estos niños.” El mejor cuidado. Mónica se rió con
ironía. Apenas puedes manejar a tres bebés al mismo tiempo. Ayer vi que uno
de ellos tenía el pañal sucio desde hacía horas. Valeria sintió que se le
calentaba el rostro. Era cierto que cuidar a Trillizo sola era un desafío,
especialmente porque tenían rutinas diferentes. Mateo despertaba de madrugada queriendo
a Rimo. María José tenía cólicos al final de la tarde y Santiago necesitaba
atención especial en la alimentación por haber nacido más pequeño. Ricardo finalmente se acercó fingiendo que
acababa de llegar. ¿Qué está pasando aquí, Ricardo? Qué bueno que llegaste.
Mónica se volvió hacia su hermano. Le estaba explicando a tu protegida que no está a la altura de la responsabilidad.
Mi protegida. Ricardo miró confundido a su hermana. Mónica. Valeria es una
enfermera calificada. Fue ella quien cuidó a los bebés en el hospital antes de que yo le hiciera la propuesta.
Valeria observó la interacción entre los hermanos, intentando entender la tensión que flotaba en el aire. Desde hacía días
notaba que Ricardo la observaba con una intensidad extraña, como si estuviera
analizando cada movimiento suyo. Pensaba que tal vez era preocupación natural por
los niños, pero empezaba a sospechar que había algo más. Calificada.
Mónica cruzó los brazos. Ricardo, ni siquiera conoces bien a esta mujer.
¿Cómo puedes confiar tres bebés a una desconocida? Ella no es una desconocida.
Trabaja en el hospital desde hace 5 años y tiene excelentes referencias.
Sofía, aún escondida, movió la cabeza. Los adultos se estaban mintiendo unos a
otros y ella lo sabía. La semana anterior había escuchado por casualidad
una conversación telefónica de su tío en la que le decía a alguien, “Quiero
asegurarme de que es la persona adecuada antes de tomar una decisión definitiva sobre los niños.”
Valeria se levantó y fue a la cocina a preparar los biberones. El departamento
que Ricardo había rentado para ella era sencillo, pero cómodo, con dos habitaciones, sala, cocina y un baño.
Estaba en un barrio de clase media en la zona sur de la Ciudad de México, lejos del bullicio del centro, pero lo
suficientemente cerca del hospital por si necesitaba alguna emergencia médica para los bebés. Mónica, ¿puedes dejar de
gritar? Estás asustando a los niños, dijo Ricardo con tono firme. Yo estoy
asustando. ¿Y tú crees normal lo que estás haciendo? ¿Trajiste tres bebés a casa de una mujer que apenas conoces y
News
UN MILLONARIO ASESINÓ A SU SOCIO… JESÚS TRAJO A SU HIJO VENGO POR LO QUE LE ROBASTE A MI PADRE
El millonario Ricardo Sandoval vivió 10 años tranquilo después de asesinar a su socio Tomás Herrera. Había culpado a la…
La hija del multimillonario solo tenía 3 meses de vida hasta que la nueva criada descubrió la verdad
Todos pensaban que la única hija del multimillonario se estaba muriendo. Los médicos dijeron que no le quedaban más de…
Niña pobre le dice a millonario paralítico: “Tus sobras por una cura”… y todo cambia.
Claro, aquí tienes la versión con los diálogos en líneas separadas. Una niña pobre de 6 años le pregunta a…
EMPRESARIO Llega A Casa Sin Avisar Y Halla A Su Empleada En Basural Con Bebé — Lo Que Vio Lo IMPACTO
El grito desgarrador atravesó el callejón como un cuchillo. Richard Montaner frenó en seco su Aston Martin con el corazón…
¡La Suegra Humilló A La Madre De La Novia Por Ser Pobre Sin Saber Quién Era Realmente Su Esposo!
Fuera de aquí. Esta boda no es lugar para gente de tu calaña. El grito de Margarita Soler atravesó el…
El niño huérfano halló refugio en un carro enterrado — y al abrir la puerta, comenzó a llorar…
El niño huérfano halló refugio en un carro enterrado y al abrir la puerta comenzó a llorar sin parar. Cuéntanos…
End of content
No more pages to load






