El Proyecto Linaje: Cómo una viuda de Mississippi convirtió a sus hijas y a un hombre esclavo en “material de reproducción” durante 17 años.

El año 1847 en Natchez, Mississippi, estuvo marcado por la opresiva humedad del verano sureño y la implacable brutalidad del sistema de plantaciones. Sin embargo, dentro de los muros de la plantación Oakwood, se desarrolló un horror que desafió incluso las crudas realidades de la esclavitud en Estados Unidos. Margaret Thornton, una propietaria recién enviudada, se embarcó en un proyecto secreto tan perversamente calculado que destruiría la vida de sus cinco hijas y condenaría a un hombre esclavo llamado Marcus a vivir como un fantasma durante dos décadas.

Esta es la historia del Proyecto Linaje Thornton, una pesadilla meticulosamente documentada de eugenesia, coerción y suplantación de identidad que el sistema legal se negó a castigar; una verdad tan compleja e inquietante que permaneció oculta en fragmentos de archivo durante más de un siglo.

La retorcida ciencia de una madre: La ilusión del vigor

Tras la muerte de su esposo en 1845, Margaret Thornton, de 43 años, tomó el control absoluto de su plantación de algodón de 243 hectáreas y de sus 45 esclavos. Recibió una instrucción clara: administrar la propiedad hasta que sus cinco hijas solteras —Sara (24), Mary (22), Elizabeth (20), Catherine (18) y Ann (16)— contrajeran matrimonio con hombres adecuados.

Pero Margaret había desarrollado una teoría monstruosa. Influenciada por la pseudociencia eugenésica que circulaba entre ciertos terratenientes, se obsesionó con la idea de que el linaje Thornton se estaba «debilitando» debido a los matrimonios mixtos y al «refinamiento excesivo». Concluyó que el «vigor» y la «fuerza física» que observaba en los hombres esclavizados de su plantación —a quienes se refería con un lenguaje clínico y deshumanizante— debían introducirse en su linaje blanco.

En unas escalofriantes cartas descubiertas en 1972, Margaret escribió sobre su plan de usar a un hombre esclavizado como “donante de vigor” y luego “manipular el reconocimiento de la paternidad” para asegurar que los niños fueran criados como Thornton blancos y legítimos. Su delirio era evidente: veía a Marcus y a sus hijas no como personas, sino como material de cría para un experimento científico.

La Selección y la Coerción

En julio de 1847, Margaret instruyó a su capataz, William Clark, para que recopilara medidas y observaciones meticulosas de cada hombre esclavizado adulto. La entrada del diario de Clark que se conserva, del 18 de julio, expresa confusión sobre el propósito de la “planificación del linaje”, pero él obedeció.

El hombre que cumplía con los requisitos de Margaret era Marcus, un herrero de 28 años, conocido por su excepcional altura y fuerte constitución. Era un trabajador cualificado, lo que le otorgaba cierta autonomía, pero era absolutamente incapaz de negarse a la orden que pronto seguiría.

Margaret entonces convocó a sus cinco hijas. Según el testimonio que Ann, la menor, ofreció décadas después, Margaret presentó el plan como una «decisión agrícola científica», no como una transgresión moral. Les dijeron que concebirían hijos con Marcus para fortalecer el linaje familiar, pero que debían considerarlo no como un hombre, sino como un «instrumento para la preservación de la familia».

Las reacciones de las hermanas fueron variadas: desde la objeción inicial de la mayor, Sara, hasta la resignación desesperada de Mary y la profunda melancolía que consumió a Catherine. Pero todas se vieron obligadas a someterse. ¿La razón? La amenaza de Margaret de destrucción social y desheredación equivalía a una sentencia de muerte en la rígida sociedad de Misisipi en 1847.

Marcus: El fantasma en la herrería

La experiencia de Marcus fue una auténtica tortura psicológica. Cuando comprendió lo que se le exigía, intentó resistirse, suplicándole a Margaret que lo vendiera a otra plantación. Ella se negó. Intentó escapar en septiembre de 1847, pero fue capturado dos días después.

Curiosamente, Margaret no lo azotó físicamente. El diario de Clark registró sus instrucciones: «Ordené que no se le azotara… sino que, en cambio, se le mantuviera en los aposentos bajo vigilancia hasta nuevo aviso». Marcus era demasiado valioso como para que su grotesco proyecto sufriera algún daño. Lo consideraban un valioso activo reproductivo.

El «Proyecto Linaje» comenzó en octubre de 1847. Durante los siguientes cinco años, nacieron cinco hijos: un varón de Sara (1848), una hija de Mary (1849), un hijo de Elizabeth (1850), una hija de Catherine (1851) y un hijo de Ann (1852).

Margaret ejecutó el fraude con fría precisión. Los niños fueron registrados como Thornton blancos, negando su paternidad mestiza. Las hijas fueron aisladas durante sus embarazos, y su repentina aparición con hijos se justificó con historias inventadas de matrimonios secretos con hombres que murieron trágicamente: abogados de Charleston, comerciantes de Nueva Orleans.

Marcus, el padre biológico, permaneció esclavizado en la herrería, con la prohibición de reconocer a sus hijos o tener cualquier contacto paterno. Se vio obligado a verlos crecer en la casa principal, considerándolo a él —su padre— como una mera propiedad. Años después, en sus propias palabras, había sido «un fantasma que vagaba por mi propia vida».

La prisión psicológica y el colapso
El daño psicológico fue catastrófico.