El Horror de Creswell: Cómo un Médico Descubrió una Conspiración de Incesto y Confinamiento de Cinco Años en una Plantación Aislada de Kentucky
A finales de abril de 1944, un breve anuncio en el Lexington Herald sobre un médico de Frankfurt que había sido convocado a una plantación remota pasó fácilmente desapercibido. Sin embargo, ese breve viaje del Dr. Samuel Potter a la Plantación Creswell, en el centro de Kentucky, desentrañaría una de las conspiraciones de abuso y engaño más meticulosas e inquietantes de la historia del estado. Lo que descubrió fue una historia de terror que llevaba años gestándose, orquestada por un hombre que utilizó el aislamiento, el dinero y mentiras cuidadosamente elaboradas para ocultar crímenes contra su propia familia.

El Descubrimiento Alarmante
El Dr. Potter llegó a la finca, heredada por Amos Creswell en 1928, y encontró una casa que denotaba un aislamiento deliberado y profundo. Los campos de tabaco estaban en barbecho y la carretera, antaño transitada, estaba cubierta de maleza. Amos Creswell, un hombre frío de unos 50 años, acostumbrado a la autoridad absoluta, condujo al doctor no a la habitación de un enfermo, sino a una serie de cámaras cerradas en el ala este de la casa.

Tras la primera puerta, el Dr. Potter encontró a una joven, Varity, en la fase final del parto. A su lado, un bebé, de unos seis meses, presentaba graves deformidades que inmediatamente perturbaron su juicio profesional: marcada asimetría facial, cráneo comprimido y paladar hendido que se extendía desde el labio superior hasta la cavidad nasal. Al recorrer otras dos habitaciones cerradas, encontró a otras dos jóvenes, Temperance y Mercy, ambas en distintas etapas del embarazo.

Las condiciones de su confinamiento eran escalofriantes: ventanas clavadas y cubiertas con tela gruesa, puertas con evidencia de cerraduras externas y prácticamente ninguna pertenencia personal. Lo más alarmante era el silencio de las mujeres, su reticencia a establecer contacto visual y el miedo palpable que mostraban cada vez que Amos Creswell entraba en la habitación. En sus tres décadas de práctica médica, nada había preparado al Dr. Potter para el patrón que comenzaba a reconocer: uno que apuntaba a confinamiento y abuso sistemáticos.

Las raíces del aislamiento y el temor
La familia Creswell llevaba establecida en Kentucky desde la década de 1890. Amos, nacido en 1900, fue criado con la mano dura de su padre, Jeremiah, y heredó una fría competencia para los negocios, pero poca gracia social. Se casó con Parthnia Colbear en 1918. Aunque el matrimonio le ofreció seguridad, las cartas posteriores de Parthnia revelan una profunda soledad. Tuvieron tres hijas: Varity (n. 1919), Temperance (n. 1921) y Mercy (n. 1923).

Tras la muerte de Jeremiah en 1928, Amos interrumpió sistemáticamente la plantación. Despidió a los trabajadores, dejó de asistir a la iglesia e insistió en controlar cada detalle de la vida de sus hijas. Se rechazaba a las visitas y rara vez se veía a las hijas, lo que creaba una atmósfera de silencio opresivo que perturbaba a quienes recordaban a Parthnia como una joven vibrante.

Los diarios privados de Parthnia revelan el origen del horror, que comenzó alrededor de 1938, cuando Varity cumplió 19 años. Documentó la peculiar atención de Amos hacia las niñas: buscaba excusas para estar a solas con Varity a altas horas de la noche e insistía en que usaran ropa específica y reveladora. Su creciente preocupación se convirtió en temor, lo que la llevó a un intento desesperado, pero fallido, de alejar a Varity. Amos interceptó la correspondencia y lanzó una amenaza escalofriante, recordándole a Parthnia que las niñas “le pertenecían tan seguramente como la tierra y la casa”.

En julio de 1939, Parthnia confrontó a Amos, acusándolo de “malas intenciones”. Su respuesta fría y pacífica fue devastadora: una sonrisa que no llegó a sus ojos y la aterradora pregunta de qué pruebas poseía y quién la creería jamás frente a un “respetable propietario”.

La Muerte Súbita y la Advertencia Sellada
La tragedia alcanzó su punto álgido el 15 de octubre de 1940, cuando Parthnia Creswell fue encontrada muerta en su cama a los 44 años. La causa oficial, “insuficiencia cardíaca”, se determinó tras un examen superficial por parte del forense del condado, lo que refleja la rapidez con la que se evaluaban las muertes no violentas en la época.

Amos impuso un entierro rápido y privado en el cementerio familiar, rechazando cualquier ofrecimiento de velatorio o visitas, una notable desviación de la tradición local. Esta rapidez garantizó un escrutinio mínimo. En las semanas siguientes, todos los intentos de los vecinos de ofrecer sus condolencias a las hijas fueron rechazados por Amos, alegando que estaban demasiado angustiadas.

El secretario del condado, Robert Finch, se convertiría posteriormente en una figura clave, aunque inicialmente desconocida. Semanas antes de su muerte, Parthnia lo había visitado a solas. En un momento privado, le entregó a Finch un sobre sellado, indicándole que lo abriera solo si su muerte parecía “sospechosa o inexplicable”. Finch, respetando su angustia, lo archivó. Cuando se dictaminó que su muerte fue natural, el sobre permaneció sellado y olvidado durante casi cuatro años.

La meticulosa conspiración de mentiras
Tras el entierro, Amos Creswell orquestó una compleja conspiración de cinco años para crear una coartada impecable para su hija confinada.